La Importancia de Enseñarle a un Niño Autista a Jugar

La importancia de enseñar a un niño autista a jugar - Clínica Meta

¿Te sucede que vas a la terapia de tu chiquito y lo observas jugando con otros niños? o te ha pasado que la terapeuta te dice “hoy tuvimos una sesión de juego” y en tu cabeza resuena un pensamiento que dice “Yo no pago terapia para que venga a jugar” o “Hay cosas más importantes que entrenar en lugar de juego”? Si tu respuesta es afirmativa, déjame decirte que no serias el único que ha tenido esta reacción. Muchos padres solicitan eliminar las sesiones de juego o buscan reducirlas a un par de minutos o una sola sesión al mes, sin embargo, esto repercute enormemente en el desarrollo social, lingüístico, analítico e imaginativo del menor.

Nosotras sabemos que este pensamiento de “una terapia de juego la hago yo en casa” viene cimentado en años de creencias y sobre todo la falta de conocimiento sobre la importancia que tiene el juego, pues al ser algo natural en la mayoría de los niños se considera que es algo sencillo. Es por ello que preparamos el blog de hoy, para brindarte material sobre los distintos tipos de juego, las dificultades que se pueden dar y su importancia en el desarrollo.

¿Cómo se desarrolla el juego? ¿Es realmente tan sencillo?

Muchos padres manifiestan un deseo grande de poder lograr integrar a sus hijos en grupos de juego, sin embargo, pocas veces consideran como se va desarrollando el juego y buscan exponer al menor a actividades deportivas de un solo con el objetivo de lograr que “así aprenda”. Pero, cuando el juego de ese chiquito no se encuentra en ese nivel, si no en uno inferior, esa actividad deportiva brindará pocos resultados y generará una mayor frustración en los padres y en el pequeño. Es por ello de suma importancia que los padres consideren todas las fases de juego que un niño debe de atravesar antes de exigirle que se integre a un proyecto tan complejo como podría serlo el futbol o el basquetbol.

Lo primero que un menor debe de desarrollar es el: Juego Independiente, que se refiere a la capacidad de un menor de entretenerse por su cuenta. Este tipo de juego en sus primeras fases ha de ser:

  • Funcional: El niño ha de ser capaz de utilizar los juguetes de acuerdo al fin al que fueron creados. Ejemplo: Toca los botones para encender las luces, mueve el carro a través de una pista, construye casas por bloques, etc. (Cuando un menor se limita a alinear, apilar, ordenar o nombrar el juego no es funcional)
  • De exploración: Hace alusión a la capacidad del menor de manipular el juguete y explorarlo hasta descubrir todas sus funciones. Ejemplo: Un menor explora como se giran o tocan los distintos juguetes para poder abrirlo (La ausencia de exploración suele darse cuando se limita a tirar los juguetes para que funcionen o le solicita a alguien más que los explore o se los de ya encendidos)
La importancia de enseñar a un niño autista a jugar -juguetes sensoriales-- Clínica Meta

En esa primera fase del juego independiente los juguetes sensoriales suelen ser la principal fuente de placer un menor. Luego los menores desarrollan juegos creativos. En estas fases los padres suelen quejarse con frases de índole “le gusta más la caja, que el juguete” o “le interesa más mi control de play, que su material” y es que el menor comienza a imitar cosas de su ambiente con elementos propios de su entorno. Una caja se vuelve un carro, una cuchara se vuelve una varita, un cojín la panza de papá. Esto es propio de las fases de descubrimiento y de desarrollo del menor. Una vez que los menores aprenden a usar este tipo de imaginación y análisis proceden al juego de escenarios, que es un juego que posee las siguientes características:

  • Interactivo: Necesita ya del uso de ciertos diálogos, escenarios o contextos para darse. Por ejemplo: El menor tiene un escenario de sus muñecos en la escuela recibiendo clase o que van a un restaurante para poder comer.
  • Variado: Requiere del uso de varios elementos para poder lograrse. Ejemplo: Requiere de una casita, muñecos y carros, pues el menor juega a que toda la familia se alista y se va en los carros a hacer visitas.

Y es con este juego que luego los menores pasan a un juego simbólico, donde el niño es el personaje principal y aprende a utilizar los elementos para dirigir el contexto. Este tipo de juego suele seguir las estructuras sociales a las que el menor está expuesto. Por ejemplo: El menor es el ingeniero del pueblo y construye los diseños que piden sus familiares, o el menor es el chef de un restaurante y realiza los pedidos de aquellos que visitan su local.

Y desde el lado social o grupal el juego sigue el siguiente orden:

  1. Un juego en paralelo: Los menores están juntos en un mismo lugar, utilizando el mismo material, pero no interactúan entre sí. (Por ejemplo: Dos chicos en un parque juegan en el arenero, pero cada quien construye sus cosas solo y no se hablan entre ellos)
  2. Un juego imitativo: Los menores comienzan a observar lo que hacen los demás y comienzan a imitarles en sus propios juegos o con sus propios elementos. (Por ejemplo: Dos chicos en el arenero juegan, el de la izquierda se percata que su compañero ha comenzado a verter agua en un camino para simular un rio, por lo que el empieza a trazar con su dedo un camino para proceder a tirar agua después)
  3. Un juego con lenguaje y solicitudes: Los menores comienzan a exigir e interactuar de manera verbal con los menores que están en su entorno, por lo que los juegos comienzan a tener ciertas exigencias que esperan satisfacer. (Por ejemplo: Dos niños están en el arenero, el de la izquierda le dice al de la derecha “Haz un camino que se dirija al mar, mientras iré yo construyendo un fuerte alrededor”)
  4. Un juego en equipo: Los menores comienzan a formar agrupaciones según sus afinidades y establecen los primeros vínculos de amistad (Por ejemplo: Dos niños en el arenero construyen un fuerte para protegerse de los ataques de un tercero)
  5. Un juego con propósito y estructuras sociales básicas: Los menores que ya han formado equipos son capaces de seguir las reglas de un juego y llegar a jugar juntos en la búsqueda de un objetivo en común. Es en estas fases donde surgen los conceptos de “ganar y perder” (Por ejemplo: Dos niños que se conocieron en el arenero, hacen equipo para jugar volibol de playa contra otros dos chicos que acaban de conocer)

¿Por qué mi hijo autista no logra jugar?

La ausencia de lenguaje o la dificultad para la comunicación social suelen ser características propias del autismo, y aunque no lo parezca esta ausencia de lenguaje influye enormemente en como se desarrollan las habilidades de juego y sociales de un menor. Te puedes preguntar, “pero ¿y por qué?” Pues consideras que existen muchos juegos que se pueden dar sin necesidad de que un niño hable (puede correr en landa, atrapar pelotas, etc.) y puedes tener algo de razón, pero esa versión considera que el lenguaje es solo la parte expresiva e ignora la parte comprensiva. Para poder llegar a jugar los menores deben ser capaces de comprender los contextos, funcionamientos o conceptos básicos de ciertos elementos. Estos conceptos bases se desarrollan con la aparición del lenguaje, por lo que, si un menor no habla o no comprende ciertos conceptos, no puede pasar a otros niveles del juego. Es decir, un menor que no habla puede verse estancado en un juego paralelo o en un juego sensorial (propio de una fase inicial de juego independiente)

Este tipo de cosas hace que el menor considere que los juguetes no son útiles y que se dedique a apilarlos, alinearnos o tirarlos o que desarrolle una preferencia por un juego físico en lugar de un juego simbólico o creativo. Es decir, el menor se limita a dar vueltas, tirar y desordenar el material, correr, etc. (Lo que lleva a muchos padres de familia, maestros o médicos considerar que los menores tienen hiperactividad)

La importancia de enseñar a un niño autista a jugar -apilar piezas - Clínica Meta

¿Qué pasa si mi hijo no logra jugar? ¿Afecta en algo?

¿Recuerdas cuando te quedabas solo en casa y no había nada que hacer? Ante el aburrimiento extremo te ponías a inventar cosas que podrían ir desde algo tan sencillo como quedarte viendo televisión todo el día, hasta buscar a quien molestar para que te hiciera caso (como ser el caso de las famosas llamadas de broma que se hacían antes)

Lo mismo sucede con tu hijo, cuando no sabe jugar o como entretenerse por su cuenta se puede llegar a aburrir y buscar otras maneras de entretenerse, que, aunque no sean inapropiadas con el paso del tiempo pueden llegar a ser engorrosas. Algunas son:

  1. Juegos sensoriales: pueden llegar a aumentar los movimientos o sonidos estereotipados (aplausos, quedarse viendo las manos, saltos en un mismo lugar, subir y bajar las escaleras, pasar cantando, repetir frases de películas, etc.)
  2. Permanecer en juegos de niños de menor edad: Puedes percibir que tu hijo utiliza o manifiesta una mayor preferencia por juguetes con luces y canciones a pesar de que según su edad ya debería estar en un juego más simbólico.
  3. Volverse desafiante: Comienzas a notar que tu hijo constantemente hace actividades como para “llamar tu atención” o desafía normas que le has impuesto (Le dices que no te apague la luz y constantemente te la apaga)
  4. Desarrolla “mamitis” o “papitis”: notas que el menor es incapaz de estar solo y que te sigue a todos lados como una sombra. Incluso en algunos casos sientes que necesita de cierta cercanía física contigo (Esta abrazándote constantemente, tirándose encima de ti, halándote la oreja)
  5. Adicción a las pantallas: el menor es incapaz de entretenerse sin el uso de videos o aplicaciones electrónicas. (La adicción a las pantallas suele derivarse de esta misma ausencia de juego y caer en un círculo vicioso, pues muchos padres entregan la tableta para que su hijo se entretenga, pero cuando se la quieren quitar al no saber el menor como jugar se la vuelven a entregar.

¿Como puedo ayudarle a mi hijo a jugar?

Primero debes identificar en que fase de juego se encuentra para poder ir entrenando las habilidades para la siguiente (Ejemplo si tu hijo está en un juego en paralelo, pues ir trabajando ejercicios de imitación para que luego proceda al juego imitativo). Para lograr estas transiciones también puedes aprovecharte de sus intereses o gustos e involucrarlos en el juego, pues es más sencillo que tu hijo se acerque si ve algo que le gusta a si le muestras un material que el considera aburrido. (Ejemplo: Si a tu hijo le gustan los números puedes conseguirle cajas con números, robots de números o cuadernos con números, así puede hacer otras actividades además de nombrarlos e ir aprendiendo a jugar) Y finalmente te recomendamos buscar un especialista o permitir que el terapeuta tenga sesiones de juego pues el entrenar esta habilidad requiere de un conocimiento profesional.

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