Cuando se tiene un hijo con una discapacidad o con una condición de base una de las preguntas que más ronda por la cabeza de los papás es la de ¿Qué tanto me entiende? Y esta pregunta influye en muchas de las decisiones que se toman en el día a día. Muchos padres afirman sentir temor de corregir ciertas conductas porque consideran que la comprensión de sus hijos no se ha desarrollado y que el corregirles puede llegar a ser contraproducente. Este pensamiento puede llegar a limitar al menor y volverle un pequeño desafiante o peleón con otros pequeños, lo que a su vez dificultaría los aspectos sociales.
Este blog tratara con ciertas preguntas base y puntos específicos para que puedan tener un panorama claro de lo que se tiene que corregir para poder que un chiquito con autismo se integre con eficacia en la sociedad.
¿Puedo corregirle, aunque no me entienda?
Muchos padres de familia consideran que si un chiquito no tiene su comprensión o sus capacidades de lenguaje no están suficientemente desarrolladas no deberían de corregirle. Este pensamiento se dirige bajo la premisa que primero es necesario el concepto, para impartir la consecuencia después, sin embargo, esta idea puede ser limitante y debemos de considerar que en su mayoría nosotros aprendemos por medio de las consecuencias que obtenemos del parte del ambiente cuando estamos pequeños. En muchos casos es la consecuencia la que empieza a formar el concepto y a trabajar la comprensión. Pensemos en la siguiente pregunta ¿es necesario que tu hijo entienda el concepto de “fuego” “quemar” o “caliente” para enseñarle que la estufa no se debe de tocar? ¡No! Tu al ver que tu chiquito se dirige a la estufa inmediatamente le detienes y le dices “¡ESO NO! ¡PELIGROSO! ¡ESTA CALIENTE!” y procedes a apartarle la mano al menor. Es en la medida que tu insistes, repites el concepto y apartas la mano que tu chiquito aprende que la estufa no debe de tocarse.
Lo mismo sucede cuando vas a corregir una conducta inapropiada. Es decir, si, es completamente posible enseñar un concepto o corregir una conducta, aunque el menor no tenga claridad de ese concepto todavía. Es en la medida que vas estableciendo esos limites que tu hijo aprende ciertas normas sociales básicas y necesarias para su desarrollo e integración.

¿Qué necesito entonces para trabajar un concepto y corregirle?
No es necesario que tengas un doctorado en psicología del comportamiento o que seas un gran especialista en el lenguaje, basta con que logres manejar estas características al momento de corregir la conducta:
Utilizar un lenguaje concreto al corregir: Para que el menor vaya asociando los conceptos es necesario que utilices palabras o frases concretas, si tu haces muchos comentarios o al alterarte haces muchas preguntas puedes confundir a tu hijo o frustrarlo, lo que podría generar algún problema de conducta.
Ves a tu hijo quitándole el juguete y además mordiendo a su hermano, tu te acercas le apartas y le dices “¡No! ¡No se puede pegar!”
Ves a tu hijo quitándole el juguete y además mordiendo a su hermano, tu te acercas y le dices “¿Qué pasa? ¿Por qué le haces eso a tu hermano? Eso está mal, vas a poner a mamá triste. Te pido que no lo vuelvas a hacer”
Ser constante y mantenerte firme: Es importante que, si corriges una conducta una vez, sostengas esta misma actitud cada vez que el menor realice esta conducta. El no ceder permite que el concepto se vaya asociando a base de repetición y sobre todo que el menor aprenda a moldear su conducta. No te decepciones o desesperes si tienes que repetir la corrección varias veces, los menores tardan en adquirir conceptos, por lo que es normal que te toque corregir mas de una vez una misma conducta.
Ves a tu hijo quitándole el juguete y además mordiendo a su hermano, tú te acercas le apartas y le dices “¡No! ¡No se puede pegar!” luego te vas al sofá y mientras estas navegando en Facebook notas que tu hijo le ha vuelto a quitar el juguete y a morder a su hermano, por lo que le dices al hermano “Sabes que, préstaselo, el lo quiere. Déjaselo un rato para que no te vuelve a morder, ya después te voy a conseguir el juguete”
Ves a tu hijo quitándole el juguete y además mordiendo a su hermano, tu te acercas y le dices “¿Qué pasa? ¿Por qué le haces eso a tu hermano? Eso está mal, vas a poner a mamá triste. Te pido que no lo vuelvas a hacer”
Tener expresiones faciales neutras: Recuerda que cuando corriges también quieres enseñar un concepto, por lo que es importante que el menor no te note desesperado. Recuerda que los conceptos no son buenos o malos, por lo que es importante que tus expresiones reflejen esa neutralidad al irlos recalcando.
Tener expresiones faciales neutras: Recuerda que cuando corriges también quieres enseñar un concepto, por lo que es importante que el menor no te note desesperado. Recuerda que los conceptos no son buenos o malos, por lo que es importante que tus expresiones reflejen esa neutralidad al irlos recalcando.
Ves a tu hijo quitándole el juguete y además mordiendo a su hermano, tú te acercas le apartas y le dices “¡No! ¡No se puede pegar!” El menor grita y tu frunces el ceño, arrugas la nariz y viras los ojos, mientras dices “Ya te dije que no, entiende” el menor grita más, así que tu suspiras y desesperada comienzas a llorar.
Buscar un reemplazo apropiado para la conducta inapropiada que deseas corregir: Es importante recordar que todas las conductas comunican una necesidad, por lo tanto, no puedes pretender corregir una conducta y no enseñarle al niño el reemplazo de aquella conducta para que el menor pueda obtener lo que desea de manera apropiada. Así mismo, cualquier conducta que se corrija y no tenga un reemplazo asertivo encontrara otra conducta inapropiada con la que reemplazarla.
Ves a tu hijo quitándole el juguete y además mordiendo a su hermano, tú te acercas le apartas y le dices “¡No! ¡No se puede pegar!” la menor grita, esperas unos segundos y le coges la mano y le dices “Di: “Préstamelo por favor” el menor continúa gritando, tu esperas unos segundos mas y le repites “Di: préstamelo por favor, así tu hermano te lo puede dar”
Ves a tu hijo quitándole el juguete y además mordiendo a su hermano, tú te acercas le apartas y le dices “¡No! ¡No se puede pegar!” el menor grita y tu procedes a darle un golpe en la mano para que entienda que lo que hace esta mal. El menor frustrado grita mas y se tira al piso, por lo que tu te apartas del lugar y le dejas.
¿Cuáles son las conductas que puedo corregir?

Muchos padres desean tener un listado de conductas concretas que se tienen que corregir y desean que el terapeuta les oriente con frases de estilo: “Si muerde se corrige, pero si grita no” La realidad es que cada conducta es producto de muchos factores ambientales, físicos y culturales y lo que se puede corregir en un contexto puede llegar a ser premiado en otro, por lo que te recomendamos que cuando aparezca una conducta ante la cual dudas analices las siguientes preguntas para saber si es necesario corregirle:
- ¿Cuándo crezca esta conducta será tolerable? Lo que en un niño pequeño enternece o causa gracia, en adolescente puede estorbar y verse como malcriadeza por lo que es importante llegar a corregir esa conducta cuanto antes (Por ejemplo: Un niño que dice palabrotas cuando se enoja puede causar gracia en la barbacoa de la familia, pero un adolescente que dice palabrotas en la barbacoa de la familia puede verse como un inmaduro, malcriado o irrespetuoso) Recuerda que tu hijo crecerá, y que no todos lo observaran de la misma manera que tu lo haces.
- ¿Esta conducta impide que forme relaciones de amistad apropiadas con otros niños? Existen conductas que pueden tener causas sensoriales que pueden llevar a tu hijo a ser invasivo o molesto para otros, es importante que estas se trabajen con profesionales para poder orientarlas y corregirlas. Cuando notas que una conducta de tu hijo causa fastidio después de un tiempo y hace que otros menores se alejen de él, debes enseñarle un reemplazo para que luego pueda ser mas asertivo, integrarse y formar buenas amistades. (Por ejemplo: Tu hijo tiene la tendencia repetitiva de acercase y dar besos jugosos a todos los que ve, incluso completos desconocidos, tú notas que los niños comienzan a alejarse cuando se acerca, por lo que procedes a enseñarle que un beso al llegar esta bien, que si quiere dar mas debe de pedir permiso y si le niegan el permiso, aceptarlo y no dar el beso.)
- ¿Esta conducta es peligrosa para el menor? Es fácil tener la claridad que las conductas autolesivas o lesivas con los demás se tienen que corregir, sin embargo, pueden existir conductas sensoriales a aparentemente inofensivas que le pongan en situaciones de riesgo. Estas también deben de corregirse para enseñarle al menor a protegerse y mantener su integridad física. (Por ejemplo: Tu hijo tiende a acercarse a desconocidos, darles un beso, un abrazo y tirarles los brazos para que le carguen, tu que conoces su condición y te enterneces al verle tan cariñoso y se lo permites y te alegras cuando otros le hacen caso y le cargan o le regresan el beso, sin embargo, el besar desconocidos le puede poner en una situación de riesgo al no tener claridad sobre el concepto de “mi cuerpo solo lo toco yo” o “un adulto no debe de besarme” o conceptos tipo “extraño y familiar” esto puede facilitar que tu hijo sea victima de un abuso más tarde (recordemos también que el sector neurodivergente tiene mayores probabilidad de sufrir de algún tipo de abuso) por lo que es importante que la conducta se corrija cuanto antes)
- ¿Esta conducta se la corregiría a un niño típico? Todo aquello que no le permitirías a un niño típico, es necesario corregirlo en un chiquito con autismo. Recuerda que la mejor herramienta que puedes compartirle a tu hijo es la capacidad de distinguir conceptos para que el pueda llegar a ser autónomo y tener buenos vínculos sociales.
La conducta se corrige, no se castiga
Es importante recordar que el corregir una conducta, no es lo mismo que castigarla. El castigo busca únicamente reducir una conducta, mientras que la corrección por medio de un reemplazo busca reforzar conceptos y conductas mas asertivas, por lo tanto, es importante evitar el uso de manifestaciones físicas (chanclazos, manotadas, fajas, etc.) o de regaños despectivos (Frases como: “Te lo he explicado mil veces y aun así no entiendes”)
Recuerda trabajar con profesionales
Hemos manifestado a lo largo del blog que existen algunas conductas con causas sensoriales, estas deben trabajarse de la mano de especialistas en el tema, pues no son producto de una malcriadeza si no de un sistema de procesamiento diferente. Si tu hijo tiene altas necesidades sensoriales no es sano que le enseñes nada mas a “aguantarse” o a tener sustitos, debes buscar enseñarle a manejarlas con terapias o adecuaciones neurosensoriales.